El tenista de 22 años ha portado con tal arresto los colores de la UANL que ha marcado un hito en la historia del deporte blanco en la institución.
Por años, Emiliano Aguilera Guerrero observó desde las gradas cómo otros portaban con orgullo el uniforme azul y oro de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Hoy, el tenista universitario, estudiante de la Facultad de Organización Deportiva, no solo ha hecho realidad ese sueño, sino que ha marcado un antes y un después en la historia del tenis de la institución.

“Siempre me ha gustado estar en equipo, porque estoy en un deporte muy solitario”, recuerda Aguilera, quien antes de ingresar a la Universidad representó a San Nicolás en Olimpiadas Estatales, a Nuevo León en Nacionales y a México en Panamericanos y Junior Davis Cup.
La inspiración para convertirse en Tigre nació cuando presenció el respaldo que la comunidad universitaria brindaba al tenista Guillermo Arrambide en la Universiada Nacional de 2017, de la cual la UANL fue sede.
Aunque tuvo ofertas para estudiar en Estados Unidos, decidió quedarse en Monterrey.

“Muchos piensan que fue miedo al éxito, pero pocos saben lo que pasó. Fueron problemas familiares y personales muy fuertes. Necesitaba estar bien con mi familia y conmigo mismo”, confiesa.
La cercanía con sus padres y el apoyo de la Dirección de Deportes encabezada por José Alberto Pérez fueron determinantes.
El primero de múltiples triunfos
Su debut universitario llegó en plena pandemia, en un campeonato nacional que terminó ganando contra pronóstico.

“En la final enfrenté a Mauricio Rivera, del ITESM, el favorito. Le dije: ‘Lo siento, pero ahora es mi turno’”, relata con una sonrisa. Ese triunfo representó la primera medalla de oro en tenis para la UANL en su historia.
Más allá de sus logros en la cancha -que incluyen múltiples preseas-, Aguilera decidió retribuir lo recibido como voluntario en eventos deportivos universitarios, como en la Universiada Nacional de 2023.
“Me tocó ver lo que los atletas no vemos: cómo trabaja la gente de atrás, los medios, los directivos; mis respetos para todos”, afirma.
Su labor lo llevó a apoyar disciplinas como pádel, karate y atletismo, incluso motivando a los atletas en momentos clave.
Respaldo lo mantiene en la cima
El camino no ha estado exento de obstáculos. Lesiones, dolores crónicos y problemas de visión -producto del estrés- lo pusieron al borde del retiro.

“Estaba muy mal emocionalmente que pensé en dejar el tenis”, admite. Sin embargo, el respaldo de su familia, amigos y la Universidad lo impulsaron a continuar.
Hoy, a sus 22 años, cursa el séptimo semestre de licenciatura en la Facultad de Organización Deportiva y sabe que su etapa como atleta universitario se acerca a su fin, aunque planea continuar en la maestría.
“Aquí me siento arropado, como en mi segunda casa. Vestir estos colores me lo ha dado todo”, concluye Emiliano Aguilera.